El camino hacía la Ataraxia
ἀταραξία significa "ausencia de turbación" y viene a definirnos el estado que se consigue después de desprenderse de cualquier pasión o deseo, algo así como que la felicidad consiste en la imperturbabilidad del espíritu por ausencia de penas o lo que en lenguaje vulgar viene siendo el "me a la pela", es una disposición del ánimo propuesta por las tres corrientes filosóficas (véase: Las filosofías terapéuticas de la felicidad) más importantes de la antigüedad:
Epojé (del griego ἐποχή «suspensión»), es un concepto utilizado por el ESCEPTICISMO y parte, básicamente de la idea que no conocemos nada, y tuvo al Pirrón de Elis (Πύρρων ο Ηλείος), Elis, ca. 360 - ca 270 a.C, como primer abanderado de esta corriente filosófica, Pirrón postulaba que había de desprenderse del juicio o de la afirmación, lo que no implicaba que no se pudiera llegar al conocimiento o logos, para él el concepto de Epojé es el estado de reposo mental por el cual ni afirmamos ni negamos, "ni sí, ni no sino todo lo contrario" , al basar toda su filosofía en la duda no entraban en conflictos con nadie.
Pirrón no dejó nada escrito pero se le atribuyen perlas como: "Nunca llegarás a conocer la verdad", "No digas "Así es", sino "Me parece que es" o "La diversidad de opinión existe entre sabios igual que entre ignorantes. Cualquier opinión que yo tenga puede ser repudiada por personas igual de listas y preparadas que yo, y con argumentos tan válidos como los míos".
Pirrón no dejó nada escrito pero se le atribuyen perlas como: "Nunca llegarás a conocer la verdad", "No digas "Así es", sino "Me parece que es" o "La diversidad de opinión existe entre sabios igual que entre ignorantes. Cualquier opinión que yo tenga puede ser repudiada por personas igual de listas y preparadas que yo, y con argumentos tan válidos como los míos".
El escepticismo estuvo presente durante toda la Edad Media, en el Renacimiento tuvo a su mayor defensor al médico Francisco Sanchez y su "Quod nihil scitur (Que nada se sabe)" y aunque nunca fue tomado en serio para indagar en la verdad, si imprega todo el pensamiento ilustrado del que cabe destacar Descartes.
La segunda corriente que busca la Ataraxia es el ESTOICISMO:
Fundada por Zenón de Citio (en griego Ζήνων ο Κιτιεύς, Zēnōn ho Kitiéŭs) (el Estoico) (333 - 264 a.C).
Los estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es la idea de la imperturbabilidad o ataraxia), y curiosamente sus principales valedores fueron personajes ilustres de la alta aristocracia romana tan tan "austeros" como Seneca o el propio Emperador Marco Aurelio.
Asumían una concepción materialista de la naturaleza, siguieron a Heraclito en la creencia de que la sustancia primera se halla en el fuego y en la veneración del logos, que identificaban con la energía, la ley, la razón y la providencia encontradas en la naturaleza. La razón de los hombres se consideraba también parte integrante del logos divino e inmortal. La doctrina estoica que consideraba esencial cada persona como miembro de una familia universal ayudó a romper barreras regionales, sociales y raciales, y preparar el camino para la propagación de una religión universal.
La doctrina estoica de la ley natural, que convierte la naturaleza humana en norma para evaluar las leyes e instituciones sociales, tuvo mucha influencia en Roma y en las legislaciones posteriores de Occidente. Además tuvo importancia en corrientes y filósofos posteriores como Descartes y Kant.
La tercera y última corriente clásica que nos propugna la Ataraxia como método para conseguir la felicidad es el EPICUREISMO.
Epicuro de Samos (del griego: Επίκουρος; Isla de Samos aprox. 341 a.C.- Atenas 270 a.C) defendió una doctrina basada en la búsqueda del placer, la cual debería ser dirigida por la prudencia. Se manifestó en contra del destino, de la necesidad y del recurrente sentido griego de la fatalidad. La naturaleza, según Epicuro, está regida por el azar, entendido como ausencia de causalidad. Sólo así es posible la libertad, sin la cual el hedonismo no tiene motivo de ser.
Este placer no debía limitarse sólo al cuerpo, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo. Además, para Epicuro la presencia del placer o felicidad era un sinónimo de la ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad o ataraxia.
Finalmente y ya alejados de la filosofía clásica nos encontramos el término Ataraxia en el BUDISMO.
Doctrina oriental basada en las enseñanzas de Buda hacia el siglo VI a.C. afirma que la causa principal del dolor por desasosiego es el deseo (cualquier deseo, que por ir siempre asociado al temor y la esperanza, desasosiega el corazón). Por lo que la fuga o redención del dolor yacen en la extinción o desnudez –nirvana- de todo deseo o afección perturbadora, como especialmente del deseo de vivir."
La Siesta: Lawrence Alma Tadema 1868