Narciso
En psicología, el trastorno narcisista de la personalidad se caracteriza porque en el individuo presenta un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y una total falta de empatía o conexión emocional con los demás.
En la mitología griega Narciso era hijo del rio Cefiso y la ninfa Liríope, cuando nació la criatura, Tiresias el vidente ciego, advirtió a su madre que este viviría hasta viejo siempre y cuando nunca viera su imagen, pues eso sería su perdición, así que durante años se cuidó Liríope de que su precioso bebe estuviera cerca de algún espejo.
Narciso crecio y se convirtió en un hermoso joven, tan bello era el chaval que todo el que lo miraba se enamoraba en el acto y daba igual que fuesen hombres o mujeres, a su paso iva dejando un rastro de corazones rotos.
Eco era una ninfa, charlatana y parlanchina que se dedicaba a dar conversación a Hera mientras Zeus se liaba con cualquier criatura que encontraba por el mundo. Un día la diosa descubrió que Eco trabajaba para su esposo en vez de ella y como castigo tan desleal trabajo la dejó sin voz... Eco solamente era capaz de repetir la última palabra que decía el que estaba hablando con ella.
Las historias confluyen la mañana que Eco conoció a Narciso, la desgraciada ninfa quedó fulminantemente enamorada del palmito del niño, pero era incapaz de declararle su amor, más que nada porque repetía todo lo que decía él, así que urdió esconderse entre los arboles y hacer notar su presencia con el sonido de las ramas, Narciso, preguntó; Hay alguien aquí???? a lo que Eco respondía; aquí, aquí.... Narciso; Ven y ella Ven, ven.... cuando más curioso y expectante estaba el Efebo apareció Eco desnuda y resplandeciente ante los ojos de él, incapaz de articular palabra, Narciso preguntó; qué quieres? y Eco respondía; quieres, quieres.... Quien eres? y Eco; eres, eres..... Eco estaba cada vez más roja, de vergüenza y de miedo tal vez, se avalanzó sobre los brazos del joven y este dándose cuenta de la situación, se mofó de la ninfa diciendole; pero que te habrás creido, mira que eres estúpida, y se largó.
La pobre quedó sola y repitiendo continuamiente ... es tu pida..... es tu pida .... así se encerró en una cueva, llorando y rota de dolor por semejante desprecio, quedó consumida en el interior de la cueva y allí desapareció por completo, solo quedó su voz que repite continuamente a todos los que aun entran en las grutas.
Pero como a cada cerdo le llega su San Martín y en ningún mito nadie se quedaba sin su castigo pertinente, al orgulloso Narciso le tocó lo suyo. La Diosa Némesis quedó muy disgustada con el comportamiento del joven y muy dolida con la desaparición de Eco, así que un día que estaba él paseando por el bosque, encantdo de la vida y deleitándose con los piropos de todos, esta le encantó hasta hacerle desfallecer de sed, tanta sed le dio que se avalanzó sobre un estanque límpio y cristalino que "casualmente" había por allí. Cuando quedó satisfecho, de pronto vió su imagen reflejada en el agua trasparente y ahí quedó paralizado, enamorado de su propia imagen, y así pasaba las horas. Unos dicen que murió al lanzarse al agua para poder consumar su propia unión y otros que de inanición al ser incapaz de separarse de su reflejo. En ese mismo lugar creció una hermosa flor que desde entonces llamamos Narciso en honor al joven dios.

Narcissus Bugei Fam. Amaryllidaceae (Endemismo de las Sierras Subbeticas)