No aprenderé jamás y siempre caeré, para que voy a tratarme esta tara si forma parte de mi ser, una vez alguien me dijo que debia desprenderme de todo lo material para poder continuar, lo hice... vive dios que me desprendí de todo y empecé una vida nueva sin nada en mi ciudad, solo me traje gatos y libros a Córdoba y la promesa firme de no volver a enamorarme de un gilipoyas, pero casi caí con alguien que tan solo queria mi libreria y es que dormir sola en una cama grande es muy triste, así que volví a intentarlo, pero claro es que yo soy de las que donde ponen el ojo ahí no es, parezco tonta y a veces, reconozco que lo soy, hay días que mi pequeño piso se me hace inmenso, que mi libreria está vacía y que necesito un compañero, tan solo un bastón que me ayude a caminar cuando me tuerzo el tobillo y me paso semanas coja. La vida es cíclica y el amor solo dura tres años, pronto habré sustituido al último imposible que se me ha incrustado en la cabeza como una calcomania y podré buscar a otro imposible de esos que admiran mi personalidad pero no quieren compartir ni mi cama, ni mi vida ni a mis gatas y estaré condenada a morir sola en un pequeño piso a las afueras de Córdoba !qué suerte tuvo mi Varix, que encontró a alguien para morir entre sus brazos!
Fuera del tiempo y del espacio... infinita y lejana eres alma que vuelas por espacios de arena en un reloj roto.. Nómada errante, viajera del tiempo que busca en cada lugar la esencia de la existencia, esa angustia vital del que no sabe de donde viene ni a donde va, y encuentra en la visión de las pequeñas cosas el sentido de la vida. El camino empieza dentro de uno mismo y es esa dicotomia entre el espacio y el tiempo la que mortifica el cuerpo del viajero que visita hasta la última estancia del averno y que cuando renace a la luz descubre un sol que vislumbra los claroscuros de su psique. Alma sin alas con pies anclados a la tierra que buscan en cada amanecer la estrella del alba. Da lo mismo haber encontrado tu lugar en el mundo y vaciar tu corazón, no importa que hayas vuelto a tu nido, los cordobeses somos como los salmones, todos volvemos a nuestro río a morir.
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