Ni yo tengo el cuerpo que a ti te gusta, ni tu tienes el cerebro que a mi me atrae.

Llevo varios dias rumiando menos lo tonta que fui, ¿como me dejé embaucar por é? ya pasaron mas de dos meces de aquel dia en el que decidí arrancarlo de mi vida, como arracancaba las malas hierbas de mi finca, del tirón, fuerte y con la certeza que no volverían a crecer, que no volvería a verle, que no me engañaria mas a mi misma.

Me despierto a las 3 y media cada noche desde aquel dia, sobresaltada y con una angustia ancestral en el estómago, me levanto, bebo agua y me fumo un cigarro sentada en la cama, vuelvo a colocar la cabeza en la almohada y me cuesta dormir, hay días que no me entra sueño hasta que suena el despertador a las 6:20, entonces empiezo a soñar hasta que me despierto y anoto el sueño en una libreta.

Fue a principios de mayo, llevaba semanas con un nudo en la garganta, un malestar interior, y la sensación de que estaba perdiendo el tiempo, y la magia se había esfumado, las conversaciones cada vez eran más cortas y frías y me evitaba, si pasaba varios dias sin escribir, me mandaba cualquier chorrada, o daba leves señales de vida, migajas, solo eran migajas para mantenerme, fui consciente y me sentí mal.

Se terminó en el momento que marqué el teléfono para protestar, para recriminar que yo no iba a consentir que se me descartara, que o todo o nada, migajas no y ya llevaba demasiado tiempo a base de trocitos de pan que no me quitaban el hambre.

Hay que ser miserable para decirle a una mujer que puede amarte, y cuando lo hace la desprecias, eso hizo conmigo desde el principio.

No me engañó, pero he vuelto a leer todas las conversaciones, ahora tampoco me engaño a mi misma, todo estaba escrito. He llegado a dudar de mi y darle la razón, eso me humillada más, no soy tonta, no soy estúpida, me dejé engañar porque estaba enamorada de él, hasta las trances y como una quinceañera.

Hoy lo tengo claro, me manipuló, no es mala persona, pero jugó conmigo sabiendo que me haría daño, jugó conmigo y cuando se arrepintió o cuando dejé de serle útil, me descartó igual que se tira una planta casi seca a la basura, sin regarla para que florezca de nuevo. 

Él para mi ya no merece la pena, ya no le amo, ya no quiero nada de él, solo borrarle de mi cabeza y de mis sueños a las 3 de la mañana, requiere tiempo, requiere que cierre la herida y tapar el hueco con tierra que dejaron las raíces, ya no merece ni mi desprecio ni mis insultos, solo pena, una pena infinita por él, por su vanidad y su pobreza, la intelectual y la de alma.

Sólo es un pobre hombre que pasó por mi vida y del que me enamoré, como tantos otros.

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